Es evidente que la transformación de la imagen de nuestra virgen ha sido favorable,a pesar de que al principio,debido seguramente a la gran diferencia con la anterior a muchos nos hubiera parecido excesivo el tamaño de la nueva corona,pero tras su reciente restauración y después de que nuestros ojos fueran acostumbrándose,no me cabe la menor duda que haya nadie que añore la vieja imagen ya que ahora está preciosa.
Y si no juzgar vosotros mismos...
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