Ya es bien sabido por todos la importancia que envuelve a nuestro querido pino Castrejón.
Su majestuosa copa que resalta desde la lejanía es para el que la descubre por primera vez, una especie de imán que obliga al visitante a dirigirse ante tan imponente envergadura y es entonces cuando en su proximidad uno se da cuenta que no es un pino cualquiera.
Ya el año pasado se acondicionó su entorno y estructura de forma que sus enormes ramas no acaben tan fácilmente tronchándose y unas enormes eslingas colocadas a conciencia facilitarán su resistencia contra los fenómenos adversos.
A modo de protección y control de su perímetro unas enormes piedras forman un circulo en las que para mi sorpresa se encuentra un cartel informativo muy completo de sus características, así como también nos advierte que forma parte del catálogo de especímenes singulares de Castilla y León por lo que merece una especial protección y atención para su conservación.
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