Ya han pasado algo más de dos meses desde que vimos por primera vez nacer a nuestras cigüeñas tras su ardua tarea de reconstrucción del nido sobre el campanario.
A pesar de la pérdida de uno de los polluelos, se puede considerar todo un éxito que hayan conseguido sacar adelante a estas tres preciosidades, las cuales alzarán instintivamente el vuelo para surcar nuestros cielos e iniciar así una nueva etapa en sus vidas.
Les deseo toda la suerte del mundo y estoy seguro que jamás olvidarán estas tierras Hoyancas donde nacieron.
¡¡¡Buen viaje!!!
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